Álvaro Morata no era titular con el Real Madrid desde la vuelta de octavos de final de Copa del Rey ante el Sevilla, allá por el mes de enero (3-3), hasta que lo fue ayer ante el Espanyol abriendo el marcador. Además parece que la mejor versión de Karim Benzema está volviendo de nuevo, lo cual le complica las cosas sin duda al delantero de 24 años.
Volvió en verano desde la Juventus de Turín, y aunque ha sumado 28 encuentros (11 goles) hasta la fecha, sigue sin poder quitarse la etiqueta de suplente. Y obviamente Zinedine Zidane confía en su compatriota francés para los duelos importantes, si bien es cierto que puede tener un papel relevante en las rotaciones.
Ahora que Gareth Bale regresa tras su lesión, los minutos van a seguir siendo muy cotizados en el ataque merengue. De manera que Morata, salvo sorpresa, va a mantener hasta el final de la campaña ese rol secundario, de revulsivo o de delantero que da descanso a los habituales atacantes.
Seguramente tendrá muchos minutos como ayer, entrando en rotaciones para dar descanso a Benzema, marcará goles, pero cuando llegue el verano estará dispuesto a escuchar ofertas. Es joven y sabe que puede tener otro papel más importante en otra escuadra europea, como le sucedió en Italia. Así que su salida a día de hoy parece inevitable.
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