El pasado verano el FC Barcelona fichaba a Arda Turan, y lo hacía en medio de las elecciones a la presidencia del club. Al final, a causa de la victoria en los comicios de Josep Maria Bartomeu, no hubo más repercusión con este hecho del momento en el que se produjo su llegada, y todo el mundo dio por bueno el fichaje.
Viendo el rendimiento que había ofrecido en el Atlético de Madrid, se aseguraba que Luis Enrique había acertado al pedirlo, ya que le aportaría muchas soluciones. No iba a jugar hasta enero, y cuando debutó se esperaba mucho de él. Pero acabó el curso y apenas tuvo incidencia en el juego, de modo que hasta el asturiano dejó de confiar en quien fuera su petición.
Desubicado en el campo, sin apenas aportar nada en ataque o en defensa, el otomano firmó un discretísimo ejercicio que ahora lo coloca en la rampa de salida. Porque a esto ha unido que su papel en la Eurocopa de Francia también está siendo de lo más irregular, similar a su rendimiento como culé.
Por tanto, la pregunta es inevitable: ¿Debería venderlo la entidad catalana? A favor tenemos el hecho de que ahora podría sacar más dinero que dentro de un año si sigue a este nivel, aunque no recupere su inversión. Además dejaría hueco para otros jugadores, comenzando por Denis Suárez o también otros posibles fichajes.
Por otro lado, una mala temporada la puede tener cualquiera y siempre está el riesgo de que termine triunfando en otro equipo finalmente si es vendido. Además tuvo que comenzar en enero el ritmo de competición y eso lo puede haber acusado notablemente. Por no mencionar que costó 34 M€ y traspasarlo ahora sería derrochar buena parte de ese dinero sin apenas haberle dado una oportunidad.
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